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Visitar la Estación Central de Nueva York

Visitar la Estación Central de Nueva York es un imprescindible en cualquier visita a la ciudad. Y no es necesario que vayas a coger un tren para visitarla.

El edificio de la Estación es precioso y te aseguro que disfrutarás del movimiento de la gente que va y viene, y de los detalles arquitectónicos, así como de la decoración.

En este post te hablo de que ver en la Estación Central de Nueva York, algunas curiosidades y de la historia de la Estación Central de Nueva York.



VISITAR LA ESTACIÓN CENTRAL DE NUEVA YORK


Un poco de historia...


A principios del siglo XIX con el comercio y la banca dinamizaron Nueva York, atrajeron a la ciudad nuevos negocios y personas. Este crecimiento propició la prosperidad e impulsó el crecimiento en la ciudad.


En la década de 1830, la primera línea de ferrocarril de la ciudad de Nueva York conectaba Prince Street con el río Harlem, acelerando la expansión de la ciudad hacia el norte desde el Bajo Manhattan.


A mediados del siglo XIX Nueva York las líneas ya contaban con cuatro rutas de trenes a vapor: Hudson River, New York Central, New York Harlem y New York New Havenque (En la actualidad, estas líneas conforman Metro-North), estas rutas conectaban el norte de Manhattan con las diferentes paradas situadas en la isla.


Gracias a la existencia de estas rutas hubo un mejor desarrollo y expansión de la ciudad con todo lo que eso suponía.


Los trenes hicieron que la contaminación aumentara en la ciudad y los ciudadanos empezaron a quejarse. En el año 1854 la ciudad prohibió la circulación de máquinas de vapor por debajo de la calle 42. Los trenes que llegaban desde el norte desenganchaban sus motores en la calle 42 y los pasajeros que quisieran ir hacia el sur de la isla, debían hacerlo a caballo.


A pesar de estas restricciones, los ferrocarriles de Hudson, New Haven y Harlem querían seguir expandiendose, todos ellos propiedad de Cornelius Vanderbilt.




¿Quién fue Cornelius Vanderbilt?


Cornelius Vanderbilt fue el primer gran magnate de Estados Unidos, y verás su apellido en muchos lugares de Nueva York.

Este hombre, con tan solo 16 años creó el servicio de ferry a Staten Island. Y poco tiempo después, desarrolló un negocio de embarcaciones por el río Hudson y la costa Atlántica, incluidos los barcos de vapor a San Francisco durante la Fiebre del oro del año 1849, ganándose el apodo de “Comodoro”. Todo un genio.


Rápidamente cambió su interés por los barcos a los trenes, comprando existencias en los ferrocarriles locales y los combinó en una vasta red de transporte, convirtiéndolo en un poderoso imperio familiar que transformó la infraestructura de Nueva York y reformó la región.


Para coordinar sus servicios y ahorrar dinero, decidió que lo mejor era construir una única parada, así es como surgió en 1871 Grand Central Depot. Tres torres del edificio representaban las tres líneas de ferrocarriles participantes.


30 años después se añadió un anexo a la estación, pero, aunque doblaba el tamaño, no era suficiente. Así que, Vanderbilt tuvo que realizar la primera ampliación en el año 1901, cambiando el nombre de Grand Central Depot a Grand Central Station. Los rieles del tren dividían la zona este de la oeste, así que en el año 1875 el ferrocarril excavó un túnel desde la calle 49 hasta la 97.


A principios de enero del año 1902, un maquinista harto de que los trenes siempre llegaran tarde a la Estación Central de Nueva York, se saltó un semáforo y chocó con otro tren dentro del túnel de Park Avenue, el humo de las locomotoras provocó que murieran 60 personas.


Debido a ese incidente, las autoridades de la ciudad de Nueva York prohibieron definitivamente la circulación de trenes a vapor dentro de la ciudad. Era hora de un cambio, y la única solución era crear un sistema eléctrico y para lograrlo, Vanderbilt junto con el jefe de la estación decidieron que era momento de modernizar la estación y su trazado.


Querían que la nueva estación fuera un gran monumento, una entrada a la capital financiera, comercial y cultural de la nación.


Las obras de remodelación tardaron 10 años y la nueva terminal que se inauguró en el año 1913. En la actualidad, La Terminal Central de Nueva York (Grand Central Terminal) sigue siendo una de las estaciones más impresionantes del mundo.



Arquitectura y diseño de la Estación Central de Nueva York


Cuando se solicitó la renovación de la actual Grand Central Terminal en el año 1903, el diseño de Reed & Stem ganó la competición. Su proyecto incluía rampas para peatones en el interior y una carretera en el exterior que rodeaba el edificio y que conectaba la zona norte y sur de Park Avenue.


Fue la firma Warren & Wetmore quien propuso una fachada monumental de tres arcos triunfales, así que ambas firmas colaboraron como arquitectos asociados.

Los arquitectos trajeron al artista parisino Sylvain Saliéres para que elaborara esculturas de bronce y piedra, como inscripciones ornamentales, adornos decorativos y hojas de roble y bellotas esculpidas (símbolos de la familia Vanderbilt).


En la construcción utilizaron mármol de Tenesse para el suelo, mármol de Botticino para los adornos de las paredes y piedra imitación de Caen para las paredes.

Para los techos abovedados del Oyster Bar se utilizaron azulejos adornadores con diseño de espiga de Rafael Guastavino, los mismos que decoraron la Estación de Metro City Hall.

En el exterior de la calle 42, se dispusieron imponentes esculturas de Mercurio, Hércules y Minerva.



La estación se desenterró y se creó una estructura subterránea para que cualquier tren pudiera llegar a cualquier andén gracias a los cruces de vías, mientras que las rampas para peatones llevaban a los pasajeros rápidamente de un nivel a otro.


El diseño también incluía un sistema de calefacción de agua caliente centralizado, el más grande de su tipo en ese momento, con 6437 metros de tuberías que sirven a la estación y a los edificios circundantes.


En el año 1910 el ferrocarril construyó una subestación eléctrica de vanguardia en la calle 50 que convirtió la electricidad de corriente alterna de la ciudad, a corriente continua utilizada por las locomotoras. La instalación también contó con 14 calderas de carbón que producen agua caliente para calentar Grand Central y edificios vecinos.



El techo del vestíbulo princial de la Estación Central


El techo del vestíbulo principal está decorado con el zodiaco, 12 constelaciones pintadas en pan de oro con más de 2.500 estrellas, 59 de ellas iluminadas por una bombilla LED.


Algo curioso es que el zodíaco fue pintado al revés. Nadie sabe exactamente cómo se produjo la confusión, pero el fundador y benefactor de Grand Central, Cornelius Vanderbilt, afirmó que no fue un accidente; el zodiaco estaba destinado a ser visto desde una perspectiva divina, en lugar de una humana, dentro de su templo del transporte.



El Reloj del vestíbulo principal


Desde algo más de un siglo, este reloj de cuatro caras ha sido el punto de encuentro de millones de personas. Es un símbolo importante de la Estación, no te lo pierdas.

Fue construido en ópalo y se caracteriza por su exactitud. Está conectado con el reloj atómico de U.S. Naval Observatory en Bethesda, Maryland.

Una de las curiosidades sobre el reloj es que tiene una precisión de 1 segundo cada 20 mil millones de años. Este reloj de ópalo sobre la caseta de información se valora en hasta 20 millones de dólares.



La galería de los susurros


Los bajos arcos decorados con baldosas que hay junto a Grand Central Oyster Bar & Restaurant fueron creación de Rafael Guastavino, arquitecto valenciano. Este detalle arquitectónico crea un fenómeno acústico que te permite hablar con otra persona en la esquina opuesta.


El reloj de Tiffany y el Viaducto de Park Avenue


En la fachada de la Estación Central de Nueva York, en la calle 42 con Park Avenue, encontrarás el segundo reloj más famoso de la estación. Este reloj es creación de Tiffany y tiene un diámetro de 426 cm. Es el mayor ejemplo de vidrio Tiffany en el mundo.

Sobre el reloj hay una estatua de los dioses griegos llamada la gloria del comercio, esta estatua representa las virtudes del ferrocarril (velocidad = Mercurio, fuerza = Hércules, e intelecto = Minerva), mide 14 metros de alto y pesa 1.500.000kg, tardaron 7 años en construirla.


Otras estancias de la Estación Central de Nueva York que visitar


En tu recorrido por la Estación no puedes olvidarte de visitar los balcones; en el balcón oeste puedes encontrar el restaurante Cipriani Dolci y The Campbell Bar. En el balcón este, tienes una Apple Store.

También hay un Food Court y un mercado, el Grand Central Market.



Algunas curiosidades de la Estación Central de Nueva York que no sabias


1. La Estación Central de Nueva York cuenta con una oficina de objetos perdidos considerada como una de las más eficientes de Estados Unidos. Más del 50% de los artículos perdidos, son devueltos a sus propietarios.


2. Para llegar al vestíbulo del ascensor en el edificio MetLife, debes debes hacerlo a través de una escalera mecánica. Eso es debido a que las vías del tren se enterraron y se pudo construir el edificio sobre ellas, pero a su vez, el edificio se quedaba sin sótano para sus sistemas mecánicos. Por ello, los equipos necesarios para los ascensores del edificio MetLife, que habitualmente están bajo tierra, llenan los tres primeros pisos.


3. El reloj del vestíbulo principal está adelantado un minuto para evitar que los pasajeros pierdan su tren.


4. Las ventanas del vestíbulo principal miden más de 18 metros de alto y 9 de ancho.


5. Se calcula que de media pasan 750.000 personas por el vestíbulo principal de la Estación Central de Nueva York.



6. En la Estación Central encontrarás 10 lámparas de araña doradas, cada una de ellas tiene 110 bombillas. Cada una de las lámparas situadas en el Vanderbilt Hall pesa 1113 kilos y 132 bombillas rodeadas de hojas de roble talladas.


7. Todas las bombillas de la terminal no están cubiertas. Este hecho es debido a que en la era de la invención de la electricidad los Vanderbilts querían mostrar esta nueva energía eléctrica que habían financiado, y que también utilizaba el ferrocarril.


8. En la actualidad, la Estación Central de Nueva York sigue siendo la estación más grande del mundo.


Ubicación de la Estación Central de Nueva York


La Estación Central de Nueva York se encuentra ubicada en el 89 E 42nd, justo a pocos metros del Edificio Chrysler. Cuenta con su propia estación de metro, Grand Central-42 St (líneas S, 4, 5, 6 y 7).

Abre a diario, de 5:30h a 2:00h.



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